A sus 41 años, el paratriatleta extremeño Toni Franco sigue entre los mejores del mundo.
Campeón del Mundo de Triatlón Cross, Subcampeón del Mundo de Duatlón y Subcampeón de Europa de Triatlón. El paratriatleta Toni Franco (discapacidad brazo derecho) lleva más de 20 años dedicando su vida al deporte, ganando competiciones y toda clase de premios. A pesar de haber superado ya los cuarenta, sigue compitiendo con quienes tienen la edad a la que él empezó y su próximo gran objetivo es clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Aunque es catalán de nacimiento, se siente medio extremeño. Amante de la tranquilidad de nuestra región, de los paisajes de La Vera y de nuestra gastronomía -como buen comedor que se declara- el año pasado recibió el premio al mejor deportista de Navalmoral 2014. Y es que desde hace años reside en la ciudad extremeña. Allí conoció a su mujer, voluntaria en una competición a la que él se presentó, y desde entonces no ha podido irse de nuestra tierra.
Es, además, representante en la Junta Directiva de Triatlón, participa en todos tipo de proyectos de promoción del deporte en los colegios y lucha por compaginar todas las facetas de su vida profesional con la personal, demostrando que su discapacidad nunca lo ha frenado para alcanzar sus sueños y superar sus metas.
¿De pequeño, en algún momento sentiste que tu discapacidad era un impedimento para ti a la hora de practicar deporte?
Para mí no. Yo sentía que podía practicar cualquier deporte. Pero los demás sí lo pensaban. Algunos niños me decían que no podía jugar al baloncesto, por ejemplo, porque no tenía las dos manos. Pero después, metía más canastas que ellos.
Entonces, ¿la pasión por el deporte te viene de pronto?
Desde bien pequeño. Empecé haciendo un poco de fútbol sala en el colegio y me aficioné. Ahí empezó todo. Fui probando otros deportes, desde baloncesto hasta ping-pong o natación, pero al fútbol jugué durante años.
Empezaste en un deporte de equipo y has acabado especializándote en deportes individuales. ¿Por qué?
Azar. De chaval tuve una lesión importante en el tobillo con rotura de ligamento y me dijeron que el fútbol me daría problemas así que me fui a atletismo. Empecé en carreras populares y como la gente me decía que lo hacía bien, me animé, y poco a poco me fui apuntando a competiciones cada vez más importantes y profesionales y empecé a ganar títulos nacionales y después internacionales. Y aquí sigo, 20 años después.
¿Cómo recuerdas tu primera gran victoria en competición?
La verdad es que he tenido muchas pero una que recuerdo con especial cariño fue una en el 4 por 400 metros lisos. Curiosamente no fue individual sino por equipos. Éramos dos atletas con afectación de brazo y dos de pierna y fuimos campeones de Europa. Ahí empecé a ilusionarme de verdad y a viciarme… Porque esto del deporte y las competiciones, vicia.
Cuando decidiste dedicarte a esto –digamos- semiprofesionalmente, ¿alguien te puso trabas?
Para nada. Estuve años haciendo atletismo, me clasifiqué para el Campeonato de Europa y del Mundo, y lo cierto es que nos lo pagaba todo el Comité Paralímpico Español. Pero para dedicarte profesionalmente tienes que tener ayudas muy fuertes y no es fácil.
En la actualidad, una de las ayudas que recibes para luchar por esa clasificación es la del proyecto‘Patrocina un Deportista’. ¿Cómo funciona?
Ellos buscan empresas que quieran aportar una pequeña cantidad de dinero (99 euros + IVA) y el 75% de eso se destina a los gastos de nuestro entrenamiento, preparación, etc.
¿En tu carrera en particular, te ha ayudado ese patrocinio?
A mí sí, no sólo por el factor económico, que siempre viene bien, sino sobre todo porque me ha dado mucha más visibilidad de la que tenía antes.
¿Qué tienen que hacer los deportistas para acceder a estos patrocinios? ¿Qué requisitos hay que cumplir?
Tienes que tener un objetivo claro, en mi caso es clasificarme para los Juegos de Río 2016 y estar entre los 15 o 20 primeros del ranking internacional. Que no quiere decir que vayas seguro pero sí que tienes opciones reales de poder ir.
Dices que tu próximo objetivo es clasificarte para los Juegos Olímpicos de Río 2016. ¿Cómo ves el panorama?
De momento me estoy planteando seguir buscando patrocinadores, porque con los que tengo ahora mismo no me puedo dedicar al 100% y eso reduce mis posibilidades. Requiere entrenar todo el tiempo y aunque es cierto que cuento con la ayuda de la organización impulsora del discapacitado, que me paga los viajes para competir; el ayuntamiento de Navalmoral; la Fundación Jóvenes y Deportes de Extremadura; y de ASPACE en Cáceres, aún me falta un 25-30% de financiación para poder presentarme.
Eso en lo económico. En cuanto a lo físico… ¿Crees que la edad puede ser un handicap o exigirte un mayor esfuerzo que a los jóvenes con los que probablemente compites?
Yo ahora mismo tengo 41 años y compito con chavales de 21 a 23 años. Lógicamente muchos me ganan pero todavía estoy ganado a muchos otro. A mi edad, estoy el 19 del mundo en mi categoría (PT4, afectación de brazo por debajo del codo). Por debajo hay unos 70 u 80 tíos más jóvenes que yo. Y eso que es la categoría más complicada y la más numerosas por el número de participantes.
Con los ojos puestos en Río, pero ¿tienes otros retos más inmediatos?
El próximo sábado, 26 de septiembre, tengo el campeonato del mundo de Triatlón Cross, en Cerdeña. Y quiero intentar hacer un podio, pero hasta que no esté allí, no se sabe.
¿Qué piensan tu mujer y tus hijos de todo esto? Porque imagino que les quita tiempo de estar contigo…
La verdad es que me quita mucho tiempo porque además de entrenar lo que puedo, hago viajes para competir a Sudáfrica, Australia, Japón… Yo echo mucho de menos a la familia y cada vez que vuelvo y estoy con ellos, se me quitan las ganas de volver a irme… Y ellos, hay días que lo llevan bien y días que no, pero al final les gusta lo que hago y me apoyan.
Además de entrenar, viajar a competiciones, representar a la Junta de Triatlón y cuidar de la familia, participas en eventos para personas con discapacidades. ¿Cómo es esa experiencia?
Colaboro con el proyecto ‘Vive sin trampas’, de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte, y con varios de la Fundación Jóvenes y Deportes. Voy a los colegios a charlas con los niños sobre el deporte y los valores del deporte: compañerismo, amistad, esfuerzo, superación… La verdad es que sale uno de allí pensando de forma diferente.
